Identidad social católica
¿Existe una manera de participación en la vida
social propia del católico? ¿Cuáles son sus rasgos distintivos de otras maneras
de participación? ¿Hay una forma de acción social, política, económica,
cultural que nazca de la fe? ¿Qué tanto influye en la vida social el hecho de
pertenecer a la Iglesia Católica? Quienes nos confesamos católicos, ¿vivimos
con la conciencia de ser un Pueblo, con un origen y un destino común? ¿Es
posible y deseable la unidad de los católicos para afrontar los problemas de
nuestro México? ¿Qué podemos proponer y qué aportamos a la construcción de un
país más justo, fraterno y en paz?
Según
el CENSO 2020 del INEGI, en México nos declaramos católicos aproximadamente
97.8 millones de mexicanos, lo que representa el 77.7% de la población total
del país, 5% menos que en el CENSO de 2010.
Según
el estudio "Asistencia a misa en México", elaborado por Consulta
Mitofsky en febrero de 2005, el 41.5% de la población participa en la misa
dominical, 47% son mujeres y 36% hombres. Entre los mayores de 50 años, el
porcentaje era de 57%, en las personas de 30 a 49 años era del 43% y entre los
jóvenes de 18 a 29 años, del 32%.
De
acuerdo con los datos del INE para la elección presidencial, el 59% votó por
Claudia Sheinbaum, 27% por Xóchitl Gálvez y 10% por Jorge Álvarez. La participación
ciudadana fue del 61% de un total de 98 millones 320 mil 591 personas, es
decir que votaron 60 millones 115 mil 184 personas.
Suponiendo
que de los que votaron el 77% fuera católico, votaron 46 millones 709 mil 498
católicos; de éstos, 27.9 millones votaron por Claudia, 12.8 millones por
Xóchitl y 4.8 millones por Máynez. En la misma lógica, los que van a misa y
votaron serían 25 millones 46 mil 294 personas, de los cuales 14.9 millones lo
hicieron por Claudia, 6.8 millones por Xóchitl y 2.5 millones por Máynez.
De
los tres candidatos, Xóchitl declaró ser católica, Claudia dijo no profesar
ninguna religión y Máynez no se manifestó al respecto. ¿Por qué más católicos
prefirieron a Claudia que a Xóchitl? ¿La confesión religiosa manifestada o
vivida, nada tiene que ver con las elecciones políticas de las personas? Los
principios de la doctrina social cristiana, ¿no son relevante en el juicio que
la mayoría de los católicos hacen en materia de la vida social, política,
cultural, económica? ¿Los juicios y manifiestos de la jerarquía católica pasan
inadvertidos para la mayoría de sus feligreses?
Aunque
no todo son números y estadísticas. De lo dicho no se puede concluir que la fe
no influye en la vida y en las decisiones que los católicos hicimos en los
comicios del 2 de junio. Además, ningún partido se manifiesta católico, ni
remotamente. Entonces, ¿es posible la unidad de los católicos en la vida
social, política, cultural y económica de nuestro país? ¿Esta unidad se debe
reflejar en el candidato a votar o en la defensa de causas como el respeto a la
vida, la defensa de la dignidad de la persona y sus derechos inalienables, el
derecho de los padres a educar a sus hijos, los derechos de las mujeres y las
minorías? ¿Las orientaciones de la jerarquía deberían ser atendidas con más apremio
y ser tomadas como criterios para elegir a uno u otro candidato, partido o
propuesta política?
Giussani
dice que "el primer nivel de incidencia política de una comunidad
cristiana viva es su misma existencia, pues ésta implica un espacio y unas
posibilidades de expresión" y ella, "por su propia naturaleza, no
pide la libertad para vivir y expresarse como un privilegio solitario, sino más
bien el reconocimiento para todos del derecho a esa libertad. Por consiguiente,
por el solo hecho de existir, si son auténticas, las comunidades cristianas son
precisamente garantes y promotoras de democracia sustancial". Desde este
punto de vista, "la multiplicación y el crecimiento de comunidades
cristianas vitales y auténticas no puede dejar de producir el nacimiento y el
desarrollo de un movimiento cuya influencia en la sociedad civil tiende
inevitablemente a tener una relevancia cada vez mayor; la experiencia cristiana
se convierte así en uno de los protagonistas de la vida civil, en constante
diálogo y confrontación con el resto de las fuerzas y las otras realidades de
las que se compone esta última".
Un
segundo nivel de la cuestión dice, es cuando "Una comunidad cristiana
auténtica vive en constante relación con el resto de los hombres, cuyas
necesidades comparte totalmente y junto a los cuales participa de los mismos
problemas. Por la profunda experiencia fraternal que se desarrolla en ella, la
comunidad cristiana tiende necesariamente a tener sus propias ideas y su propio
método para afrontar los problemas comunes, tanto prácticos como teóricos y
ofrecerlos como su colaboración específica al resto de la sociedad en la que vive".
En
cuanto a la militancia política, Giussani decía que en ese caso "no es ya
la comunidad en cuanto tal la que debe comprometerse, sino las personas que,
bajo su responsabilidad, aunque bien formadas por la vida concreta de la misma
comunidad, se comprometen en la búsqueda de instrumentos adicionales de
incidencia política tanto teóricos como prácticos".
Con
estas citas lo que quiero resaltar es: 1) que la comunidad cristiana en sus
diferentes manifestaciones (diócesis, parroquias, grupos, movimientos,
asociaciones), si es una comunidad viva es garante de una
"democracia sustancial" que, al compartir las necesidades de todos,
tiene ideas y métodos propios para afrontarlas y los ofrece
como su colaboración a la sociedad. Pero esto es "en comunidad", no a
título personal. Nace de una vida comunitaria vivida y compartida. El sujeto es
la comunidad, el pueblo cristiano, no el individuo aislado. El juicio, la
acción y el compromiso son de la comunidad y en comunidad. 2) Que los
católicos, bajo su propia responsabilidad, crean instrumentos de incidencia
política ya sean obras sociales, de beneficencia, políticas, asociaciones,
sindicatos, empresas, escuelas, clubes deportivos; de la madurez de la fe, nace
el compromiso y la responsabilidad en la vida social de una persona y una
comunidad, para responder a una circunstancia concreta y a un llamado o
vocación personales. En este caso, la persona se implica con otros, incluso no
católicos, en la construcción de una sociedad mejor.
¿La
nuestra es una comunidad viva, capaz de generar ideas y métodos, compromiso y
responsabilidad social? ¿Los fieles católicos estamos presentes en la vida
social y política para contribuir al bien del país, con una identidad propia
que se expresa en ideas y métodos propios? ¿Cómo podemos ser "sal de la
tierra y luz del mundo" en nuestra realidad nacional concreta?
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