¿En qué circunstancia estamos?
Del encuentro "Buenas razones para la vida en común, una profundización sobre la política hoy" organizado por el movimiento eclesial Comunión y Liberación de la CDMX, el pasado viernes 16 de marzo, que se puede ver en Facebook, en la página de la revista Litterae Communionis MX, se hicieron dos preguntas al final. La primera, surgida del reclamo sobre ser "presencia en el ambiente" y de la afirmación "una presencia implica que se genere una realidad que se organiza", se planteó así: "¿qué agenda, que tipo de preocupación implica la experiencia de la fe, según ustedes, para la construcción de un bien y una vida en común... que tenga también una institucionalidad?". La segunda, a partir de constatar la confusión, desinformación, la polarización, la descalificación, la dificultad para poder mirar lo que está sucediendo, se formuló así: "¿qué es lo que está sucediendo en el país?" "¿cuál es la situación en que estamos en este momento?".
Además de la invitación a ver el encuentro, quisiera resaltar algunas afirmaciones o propuestas que me parecen importantes para vivir con mayor conciencia y responsabilidad el momento político-electoral.
La primera se refiere al encuentro en sí, a la decisión de realizarlo, a ponerse en movimiento para poner delante de uno mismo y de los demás, las razones, buenas, para una vida en común, es decir, las razones de porqué vale la pena esforzarse por una vida en común, que muchas veces obviamos. No es fácil implicarse en primera persona para organizar algo y, menos aún, cuando se trata de exponerse, de poner delante de los demás las razones que uno tiene sobre una de las cosas más importantes como es la vida en común, la vida en sociedad, la construcción de un bien para todos. Dice Giussani, en el Sentido Religioso, que todos tenemos una opinión sobre las preguntas más importantes sobre nuestra vida y que de alguna manera todos tenemos una respuesta y nos precisa que es inmoral, es decir, no conforme al deseo exhaustivo de conocimiento que todo hombre tiene, opinar de algo sobre lo que no se ha prestado la más mínima atención. Podríamos decir, hablar de oídas, formarse una opinión basada solo en memes, reenvíos de información, comentarios sueltos, etc. Me parece que este esfuerzo por proponernos las buenas razones para la vida en común refleja un compromiso serio con la vida, con la realidad en la que estamos inmersos y un deseo y compromiso por construir, desde y con lo que se tiene, una vida a la altura de nuestro deseo.
Lo segundo es caer en la verdad y la responsabilidad que implica la afirmación, que es fruto de una constatación, de una experiencia, de hechos, que "una presencia implica que se genere una realidad que se organiza". Normalmente hacemos hincapié del valor de la persona, de su dignidad, de su capacidad de transformación, de sus necesidades, como es justo. Pero creo que también es importante caer en la cuenta del valor, la dignidad y la capacidad transformadora de los "sujetos morales", es decir, de los grupos, asociaciones, instituciones, empresas, gobiernos que siendo "sujetos", es decir, realidades con derechos y obligaciones, son también realidades que influyen, actúan, realizan u omiten, niegan y traicionan. Son verdaderos sujetos, con un valor entitativo y un valor jurídico, más o menos formales según su propio nivel de madurez y crecimiento y son expresión de la voluntad, de la conciencia, del compromiso y responsabilidad de un pueblo, de una comunidad, de un grupo de personas. Su valor, pienso, es que unen a las personas, orientan sus esfuerzos, les permiten expresarse, tutelan derechos y obligaciones. Me parece que es un punto de reflexión importante al momento de decidir el voto: ¿qué opción política favorece la madurez social de este tipo de realidades, grupos y asociaciones?
Lo tercero es darnos cuenta, de manera enfática, dramática diría yo, del momento y de la realidad en que nos encontramos. La respuesta a la segunda pregunta fue: estamos en el momento de elegir qué queremos, qué tipo de gobierno y estado queremos; estamos en el momento de tomar acción, de comprometerse, de responsabilizarse, cada uno según su capacidad y posibilidades; estamos en el momento de elegir, dentro de un régimen democrático, por un gobierno autoritario y paternalista o un gobierno donde todos seamos responsables de la construcción del bien común y donde se busque el crecimiento y la madurez de la persona; estamos en el momento de responsabilizarnos por las decisiones que vamos a tomar y, sería desastroso, tomar una decisión a la ligera porque, a decir de algunos, "podría ser la última que podríamos tomar".
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