¿Solo lo divino salva lo humano?
Esta semana, en el noticiario de Carmen Aristegui, Lorenzo Córdova y Jaime Alcocer protagonizaron una discusión respecto del presupuesto solicitado por el INE, para el 2015, que asciende a casi 19,500 millones de pesos. Para traducir esta cantidad, les propuse a mis alumnos que la dividieran entre 500 mil pesos, que es el costo aproximado de una licenciatura en una universidad privada en Puebla, dando como resultado 39,000. Es decir, con lo que el INE gastará en un año, se pagaría la carrera a 39 mil alumnos.
Las razones que da Lorenzo Córdova para justificar el aumento de casi 60% respecto del presupuesto de las pasadas elecciones federales del 2009, es que al INE se le asignaron unas 70 atribuciones que no tenía y que ahora tiene. Se atrevió a decir que entre los gastos nuevos que justifican los 19,500 millones de pesos está la instalación de dos oficinas más para dos nuevos consejeros, además de los costos de monitoreo de medios y fiscalización de recursos que se dan a los partidos políticos que ascienden a 5,350 millones de pesos.
Con los 19,500 millones de pesos el INE organizará las elecciones para elegir 500 diputados federales e instalar la ventanilla única en algo así como 12 elecciones estatales. Si dividimos los 19,500 millones entre los 500 diputados, cada diputado nos cuesta 39 millones de pesos, solo para elegirlo. No incluye sus sueldos, prestaciones, bonos, compensaciones, mochadas y todo lo que reciben en tres años de gestiones.
Lorenzo Córdova señaló que aunque el presupuesto implica un aumento de casi el 60% respecto del ejercido en el 2009 para las elecciones intermedias de ese año, es un presupuesto austero y racional porque para cumplir con las nuevas atribuciones solo incrementará la plantilla laboral en 100 plazas nuevas, con lo que el INE pasará de 16 mil a 16,100 plazas. Ahora resulta que para cumplir con las nuevas atribuciones se requiere un aumento presupuestal del 60%, es decir, de 7 mil 312 millones de pesos pero solo se requiere del aumento de 100 plazas, es decir, un aumento del 0.00625%. Esto, les comenté a mis alumnos, es contradictorio, es decir, inconsistente.
Para terminar, hoy, en el noticiero de Oscar Mario Beteta, el secretario de transporte del DF, presentó los resultados de la investigación que la dependencia a su cargo hizo sobre las irregularidades encontradas en la construcción de la línea 12 del metro. El resumen es que el diseño, la ejecución, la supervisión y la operación de la obra está llena de errores y omisiones. El funcionario nunca aceptó, frente a tanta evidencia, que esta obra está llena de corrupción. El monto del atraco es de 26 mil millones de pesos. Más que el presupuesto del INE para el 2015. ¡Es escandaloso!
¿La democracia mexicana vale los 19,500 millones anuales del INE? ¿El metro justifica el despilfarro de los 26 mil millones de la línea 12? ¿Hay manera de resarcir el daño? ¿Recuperaremos el dinero perdido que no se invirtió en becas, hospitales, escuelas, alimentos, carreteras? ¿Habrá algún "pez gordo" que pague este robo en despoblado? ¿Seguiremos siendo el país de la impunidad? ¿Tenemos el gobierno y los políticos que nos merecemos?
Dice Don Giussani que las fuerzas que cambian la historia son las mismas que cambian a la persona. ¿Basta con que todos tratemos de ser buenos y honrados? ¿Es suficiente que cada uno haga su trabajo justamente? ¿Necesitamos un sistema más eficaz, capaz de frenar la corrupción? ¿Se necesitan leyes más severas? ¿Puede un sistemas ser tan perfecto que no haga falta ser bueno, como decía Eliot?
Educar a la persona es la clave. Es un camino largo, larguísimo, accidentado, riesgoso, pero es el único camino. Apostar por la libertad de la persona. Por ello es necesaria una educación que ponga delante lo humano, lo más humano, el deseo de justicia, verdad, belleza, bien, verdad. Y sin embargo esto no es suficiente por sí mismo. Hace falta una fuerza más grande, la fuerza de Dios. Porque solo lo divino salva lo humano, incluso en política.
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