Un crieterio ideal, una amistad operativa

El título de esta entrada, es el lema de la Compañía de las Obras (CdO), nacida de la experiencia de vida cristiana de Comunión y Liberación (CL), con la finalidad de "promover y tutelar la dignidad de las personas en el contexto social y especialmente en el trabajo, a través del impulso de obras sociales y empresas, favoreciendo una concepción del mercado y de sus reglas que comprenda y  respete al ser humano como persona en todos sus aspectos, dimensión y momentos de su vida a través de la presencia de los católicos en la sociedad, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia". 

Fundada en 1986, la CdO hoy, está presente en varios países del mundo y sus socios son empresas, profesionales, asociaciones sin fines de lucro, instituciones educativas y de formación, instituciones culturales y cooperativas.

Lo que distingue a la CdO de otro tipo de asociaciones u organismos sociales o empresariales es su énfasis en la centralidad de la dignidad de la persona y el valor de la experiencia comunitaria. 

En México, hace unos 20 años, hubo varios intentos de formar la CdO, sin que hasta ahora se haya logrado. ¿Las razones? Varias. ¿Las personas? Muchas. ¿Los obstáculos? Bastantes. ¿La voluntad? Decidida. Entonces, ¿por qué no se ha logrado dar vida a la CdO MX?

Ahora se nos invita de nuevo a la CdO. Algunos, como Arturo, han respondido a esta provocación proponiendo algunas reflexiones, otros, como Memo o Cristina, han enviado el formulario solicitado. Lo que me pregunto es, ¿qué impulso o que fuerza se necesita para sostener una obra así? ¿qué motivación es necesaria para implicarse con seriedad en la construcción de una presencia social estable y activa? ¿cuál es el valor o la conveniencia de retomar la CdO en el momento actual de nuestro país?

Personalmente me involucré en la vida de la CdO lo que me permitió participar en varios encuentros de los que destaco el que tuvimos en la CDMX con Alejandro Marius donde nos dio un curso sobre innovación y mi participación en el encuentro de la CdO LATAM en Buenos Aires. ¿En qué me ayudaron estos encuentros y este empeño? En darme cuenta que el valor de mi persona no está definido por el logro de mis proyectos y objetivos; que lo primero es responder a la necesidad más inmediata de procurar el bien de mi familia; que mi aportación al bien común es un trabajo bien hecho; que la obra requiere de un lugar para crecer y es más fácil cuando se hace unido a otros; que cuanto más grandes son los dramas de la vida, la mejor ayuda es una compañía que nos ayude a tomar conciencia de quiénes somos; que nadie puede sustituirme en mi libertad e iniciativa.

El empeño por dar vida a una realidad como la CdO no es de una persona, pero requiere el compromiso y el sacrificio de cada uno, en persona. Todos tenemos el deseo y el anhelo de una vida mejor, de un país mejor, de un mundo mejor; lo que se nos pide es nuestro compromiso en este esfuerzo por construir lo que el deseo no hace esperar.

Dejo un video del trabajo que  Alejandro Marius hace en Venezuela impulsando a personas para que sean protagonistas de su propio destino creando emprendimientos en un país donde lo que menos se piensa es que se pueda emprender sin ayuda del gobierno. Es un ejemplo de lo que es la CdO, un criterio ideal, una amistad operativa.




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