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Mostrando entradas de septiembre, 2017

Los actos morales, el deseo de bien

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La ética o moral trata de la bondad o maldad de los actos humanos, distintos de los denominados actos del hombre. Los primeros son aquellos que la persona realiza de manera voluntaria y consciente y, por tanto, libre y responsablemente. Los segundos son aquellos que la persona realiza de manera inconsciente e involuntaria. Dentro de los primeros podemos encontrar los actos de amor, el trabajo, el estudio. Dentro de los segundos caben el respirar, sentir o las funciones digestivas. Para que un acto se califique moralmente es necesario, por tanto, que se realice de manera voluntaria y consciente. El grado de consciencia y voluntad podrán ser mayor o menor, pero siempre que estén presentes estas características, podemos decir que hay un acto humano y por tanto libre y responsable. La ética o moral estudia los actos humanos, que serán su materia de estudio o atención, en tanto se orientan al bien o al mal, esta será la forma o el aspecto bajo el cual los estudia o atiende. Ahora...

La coherencia como don, regalo de un encuentro

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La tensión moral, la moralidad, introduce en nuestra vida un deseo, un anhelo, un movimiento por querer alcanzar el ideal, como aquello capaz de darnos satisfacción, realización y cumplimiento. El ideal es percibido como aquello a lo que estamos llamados a ser y realizar. De aquí brota el deseo de coherencia, entendida como el paso del querer ser al ser, es decir, el cambio que nos va haciendo más semejantes al ideal. Percibimos la necesidad de hacer un camino, que implica un esfuerzo y un sacrificio. Si nos movemos y estamos dispuestos al esfuerzo y sacrificio es porque la conciencia que tenemos del bien deseado o mejor, la experiencia de ese bien deseado, no mueve, nos atrae, nos da la fuerza para andar. Quienes hemos subido montañas, cuando vamos por el bosque y no vemos la cima y el camino es empinado, agradecemos el momento en que vislumbramos la punta y, curiosamente, nos vienen nuevas fuerzas para seguir caminando a pesar del cansancio. Es la fuerza del ideal que nos atrae. ...

Moralidad: tensión entre realidad e ideal

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Al hablar de moral o de ética, normalmente nos viene a la mente la idea de reglas que se deben cumplir, normas de conducta. Y aunque esto no es equivocado, no es completo. La moralidad no son solo reglas y la ética no son solo comportamientos adecuados. La moralidad es una tensión provocada por un deseo, por un atractivo. Todos hemos tenido la experiencia de algo que nos atrae o nos gusta. Así, yo puedo querer comer en este momento unos tacos, pero me doy cuenta que no me conviene porque si ceno tacos, sueño pesadillas. Esta tensión entre el deseo, el gusto de comer tacos y la conveniencia de hacerlo, es una tensión. Ante esta situación yo hago un juicio, es decir, tomo conciencia de la situación y puedo valorar qué es lo que más me conviene y así tomar la decisión. Puede ser que el atractivo por los tacos sea tan grande que decida comerlos aunque me produzcan pesadillas, pero también puede ser que prefiera no comerlos y escoja dormir bien La vida está llena de deseos...