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Mostrando entradas de noviembre, 2013

LA UTILIDAD DE LA FE

Dar luz a todas nuestras relaciones, tener un criterio de juicio que nos permita valorar y abrazarlo todo, vivir con la certeza de la positividad de la vida. El pasado domingo culminó el Año de la Fe convocado por Benedicto XVI y concluido por el Papa Francisco. Redescubrir y acoger el don valioso de la fe, es decir, redescubrir el valor de nuestra vida: Cristo y acogerLo como lo más querido fueron algunos de los propósitos de este año de gracia.  ¿Cuál es la utilidad de la fe para nuestra vida, para un mundo en crisis, para los hombres que satisfechos de sus éxitos parecen no necesitar de Cristo para ser felices? Me atrevo a proponer tres cosas que en mi experiencia nos permiten reconocer la utilidad de la fe. Iluminar todas las relaciones, esto es, descubrirme el sentido y el significado de todas y cada una de las personas y circunstancias en que se juega mi vida todos los días de manera que me permiten emprender un camino, arriesgar y aventurarme en ellas para descub...

El DESEO pide cumplimiento

El mundo del desarrollo humano, de la superación personal, de la autoayuda con todas las corrientes y tendencias como la neurolingüística, el coaching, la metafísica y muchísimas más, revelan a mi modo de ver, la necesidad que tenemos las personas por descubrir el sentido de nuestra existencia, por responder adecuadamente al anhelo de plenitud que existe en cada uno de nosotros. Me atrevo a decir que todo este esfuerzo humano, titánico y secular, nace con cada hombre que viene al mundo porque en cada uno late la chispa del deseo de plenitud, de felicidad. Pero este deseo no es tan solo un deseo más, como desear un auto o un mejor nivel de vida, o un buen vino y buena comida. Este deseo es “el deseo” que da sentido y solidez incluso a todos los deseos de los cuales está llena la vida. Y con ser “el deseo” es preciso notar que su objeto, aquello que lo sacia es algo que no conocemos, que intuimos y presentimos pero que no aferramos porque si fuera así, dejaríamos de desear y, me a...