¡Todo está en el libro!

Desde niño he sido un asiduo lector. No lo digo por presunción, sino como constatación de un hecho: siempre me ha gustado leer. Recuerdo unas vacaciones en Acapulco donde leí "Yo pecador", la autobiografía que relata la conversión a la fe cristiana y a la vida como franciscano del tenor mexicano José Mojica. Todavía me veo sentado en la tumbona, junto a la alberca, disfrutando de la lectura entre chapuzón y chapuzón. Una de mis primeras lecturas fueron los cuentos de Julio Verne, "5 semanas en globo", "La vuelta al mundo en 80 días", "De la tierra a la luna". En nuestra casa de Matanzas 1083 en la colonia Lindavista del Distrito Federal, teníamos un librero grande, que a mí me parecía enorme, donde además de libros, cabían dos bocinas y el tocadiscos. De ese librero recuerdo haber tomado, aún recuerdo el olor y la textura de dos libros que ahí encontré: "Así habló Zaratustra" de Nietzche y "Filosofía y vida" no recuerdo de qui...